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El número detective: LA BALANZA DE PAGOS. SU EVOLUCIÓN RECIENTE.


La balanza de pagos

Este balance es la expresión contable de las relaciones mercantiles de un país con el resto del mundo en determinado período de tiempo (por lo general un año o un trimestre). En tanto que “Balanza” tiene dos partes que se equilibran entre sí: la cuenta corriente y la cuenta capital.

La cuenta corriente está integrada por la balanza de bienes y servicios, renta y transferencias corrientes, que en cada caso registran las entradas y salidas (importaciones y exportaciones, débitos y créditos), y contiene los pagos por intereses de la deuda externa y las remisiones de utilidades realizadas en territorio uruguayo por las inversiones extranjeras.

La cuenta de capital y financiera manifiesta la entrada y salida de inversiones y flujos de capital de préstamo (al estado o a privados) y de inversión extranjera directa en proyectos productivos.

Por ejemplo, si los saldos de la balanza comercial de bienes son negativos (más entradas que salidas, más importaciones que exportaciones), entonces el equilibrio tiene que venir de algún lado. Puede, por ejemplo, compensarse con ventas de servicios si lo que produce el país son flotas navieras, o ese país en cuestión haya realizado importantes préstamos, o inversiones en el exterior (intereses de deuda o remisión de utilidades). Pero la lógica de la forma mundial de desarrollo capitalista actual, dice que esto último no suele pasarles a países como el nuestro (más allá de exportar turismo). Por tanto, ante déficit en la cuenta corriente, se equilibra la balanza a través de la cuenta capital.

La cuenta capital se integra por el movimiento del capital en cartera, o sea entrada o salida de capitales de préstamo (deuda externa), pero también por la inversión directa en y del exterior, más las reservas y una última cuenta de ajuste llamada errores y omisiones.

De hecho la balanza comercial es un registro contable en equilibrio desequilibrante, al menos para los más pobres.

EVOLUCIÓN DEL BALANCE DE PAGOS.


Salvo pocos años a la salida de la crisis (2002-2006), en virtud de la caída de la economía y la imposibilidad de importar, los saldos de cuenta corriente se han mantenido negativos. Esta situación se repite si miramos más años atrás.

A su vez, los saldos positivos del balance de servicios (al menos desde 1997, influencia del desarrollo del turismo), no logran compensar los saldos negativos del balance de bienes y fundamentalmente de rentas netas, donde no solo los intereses de deuda, sino también la remisión de utilidades al exterior (o sea de las ganancias que obtienen en nuestro país las empresas extranjeras) comienzan a convertirse en una carga cada vez más pesada.

En compensación, la cuenta capital y financiera se mueve en sentido contrario, según expresáramos antes. Más la situación varíó luego del 2005. El crecimiento sustancial que muestra el gráfico, se debió fundamentalmente al advenimiento de la Inversión extranjera directa (IED). Este movimiento de inversión extranjera hacia el país fue motivado por la certeza de grandes utilidades, a raíz del boom de precios de nuestros productos exportables (2003-2013) y de las exoneraciones de impuestos, derivada de las políticas llevadas a cabo en esos años.


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