DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO 2006-2017: MAYOR EQUIDAD EN LAS ZONAS RURALES
- En la gráfica de la semana anterior, habíamos observado como la distribución del ingreso en Uruguay ha evolucionado progresivamente a favor de los hogares radicados en el Interior del país, y en particular en las Localidades Pequeñas (con menos de 5.000 habitantes) y en Zonas Rurales.
- Dicho proceso está basado en el continuo aumento de los ingresos reales (es decir, por encima de la inflación) de los integrantes de esos hogares, denominados perceptores por el Instituto Nacional de Estadística, en sus diferentes formas: salarios, pasividades, ingreso por cuenta propia o ingresos por utilidades en calidad de patrón.
- De esta manera la equidad en la distribución territorial se refuerza con la observada a nivel funcional: las pasividades y los salarios han recuperado y superado los niveles a que habían descendido en la crisis que desembocó en el año 2002, aumentando ostensiblemente por encima de los ingresos patronales. Si el punto de partida es 2006, desde donde hay datos disponibles a nivel de perceptor, finalizado 2017, en promedio, el poder de compra de las pasividades aumentó 87%, de los salarios 69%, los de ingresos de los cuentapropistas 11% y los correspondientes a los patrones 4%.
- Recientemente se ha manejado, erróneamente, la pérdida de 12.350 establecimientos agropecuarios ocurrida entre los censos agropecuarios de los años 2000 y 2011 como si fueran resultado de las políticas aplicadas desde el año 2005. Resulta claro que dicha pérdida sucedió en los años de la crisis 1999-2003. Según los registros de DICOSE (que contiene más del 90%del padrón censal), el número de establecimientos agropecuarios existentes en 2011 es muy cercano al ya registrado en 2005-06, manteniéndose en rangos similares hasta 2016. Es importante aclararlo, y será objeto de nuestra próxima gráfica de la semana, por la incidencia que tal fenómeno pudiera tener en nuestro análisis sobre la distribución del ingreso fuera del área metropolitana. En pocas palabras, la gente del área rural no vive mejor porque la misma plata se distribuye entre un menor número de hogares, sino como consecuencia de un proceso genuino de reconocimiento del valor real del trabajo presente y pasado.