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Alarma en la región: el caso argentino


“En casa del pobre: la alegría dura poco”

Pocas veces un refrán fue tan acertado.

El domingo 11 el pueblo argentino festejaba el resultado de las elecciones primarias porque, además de refrendar a sus candidatos, la alianza “Frente de Todos” obtuvo una victoria abrumadora sobre el sector del actual presidente.

El lunes 12, luego del vengativo y esquizoide discurso que recordaba viejos tiranos que con escalofríos supimos escuchar, el dólar dejó de sostenerse, enriqueciendo a toda la camarilla de especuladores y exportadores, y desatando un proceso inflacionario que -para el martes- había hecho perder prácticamente la cuarta parte de los salarios e ingresos de la población. De un día para el otro, se volvieron a empobrecer los más y se enriquecieron los menos.

El riesgo país, que el lunes -sobre las 10:30hs en Argentina- trepaba a 881 puntos, amaneció el martes a 1.467 (según luce en el cuadro). A las 11:31hs estaba a 1631 y a las 13:14hs. a 1709[1]. Un espiral ascendente, en cuestión de minutos, que marca lo que el pueblo argentino tiene que pagar por encima de la tasa de interés media. Según ese último dato, por cada dólar prestado, los y las argentinas deberán pagar un 17,09% más.



[1] Cuando se publique este artículo, posiblemente habrá alcanzado los 2000

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