LA GRÁFICA DE LA SEMANA: EDUCACIÓN Y POBLACIÓN
Lógicamente el gráfico mostrado hoy tiene una relación directa con el máximo nivel educativo alcanzado en la población mayor de 24 años que nos presenta el INE. Allí se observa cómo entre 2006 y 2017 la población sin instrucción baja a la mitad de 2% a 1%, posiblemente resultante del programa "En el País de Varela: Yo si puedo", concibiendo la Educación como un derecho humano, programa que se articulara desde ANEP y el MIDES.
Lo más destacado resulta que si en el 2006 el 43% de nuestra población mayor de 24 años, en el mejor de los casos apenas había terminado primaria; para el 2017 esa población se había reducido más de un 27% llegando al 31,8% del total.
Al mismo tiempo (2006-2017) y con igual fuente (INE), los que tenían secundaria o UTU se incrementaron un 14,5%; y un aumento espectacular del 41,6% del nivel educativo Universitario, con magisterio y profesorado en similar nivel desde 2009.
Si tomamos como fuente la CEPAL, y nos comparamos con América Latina, nuestros indicadores relacionados con el nivel educativo de la población, no solo son mejores en casi cualquiera de los años observables, sino que esa brecha en nuestro favor es cada vez más amplia. Si en 2008 la población mayor de 15 años que tenía entre 0 y 5 años de estudio en Uruguay era del 12,4% en América Latina era del 27,6% (2,2 veces mayor). Para el 2017 esa población era del 8.2% y 21.6% (2,6 veces mayor) respectivamente, y con relación inversa en la población con mayores niveles de instrucción.
En síntesis, el nivel educativo de la población uruguaya mejoro notoriamente en estos 12 o 15 años, por tanto, es absurdo o de politiquería barata, hablar de "fracaso educativo" en el conjunto de la población.
Es el resultado de gobiernos de izquierda que multiplicaron el gasto educativo público, que contemplaron las distintas realidades con una diversidad de programas que apuntan a concluir los distintos niveles educativos, de la nueva Universidad, etc. En definitiva, se trata de trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad que cada vez más cumplen aquella máxima artiguista de que sean los orientales tan ilustrados como valientes.