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La Gráfica de la Semana: CRECIENDO CON VIENTO EN CONTRA


La economía del Uruguay es altamente dependiente de la demanda internacional de alimentos en la medida que los recursos humanos y naturales son capaces de producir muy por encima de nuestras necesidades. Por lo tanto, resulta muy difícil lograr un rendimiento económico positivo sin que nos acompañe un crecimiento de los precios de los productos de exportación principales. Sin embargo, es difícil, pero se puede.

La gráfica que presentamos esta semana es muy elocuente. Hemos comparado la evolución de los precios internacionales que proporciona el Banco Mundial, y de nuestra producción medida por el PBI que calcula el BCU. En la década de los 60 precios y producción se mantuvieron estancados. En los años 70, época de dictadura, los precios crecieron 180% y la producción 37% (3,6% anual). Luego en la denominada década perdida de los 80 descienden precios y producto.

A partir de 1986 hay un período de 11 años con alternancias siempre coincidentes entre precios y crecimiento económico, excepto los años 1997-98. Le sigue la larga crisis que desemboca en el desastre de 2002. A partir de ese año, con la excepción del 2009, los precios crecen más de 10% anual y el producto a un ritmo del 4%. En 2011 se detuvo el aumento de los precios internacionales y en 2018 su nivel se ubica casi igual al de una década atrás.

SIN EMBARGO, el crecimiento económico medido por la evolución de la producción anual no se detuvo, y aunque más lento ha permitido mantener los avances económicos y sociales logrados a partir de 2005. Sin duda una excepción en este largo recorrido de 58 años que además marca lo importante de mantener el rumbo. En los 14 años a partir de 2004 el balance de crecimiento de los precios queda en 41%, mientras el esfuerzo productivo de las uruguayas y uruguayos aumentó en 80% (4,3% anual). Es que ¡“Si se puede”!. ¡Que no se detenga!

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